ALEXANDRE LACAZE: IN MEMORIAM

*NOTA DE LA AUTORA:

Aunque esta entrevista fue publicada por primera vez el 20/09/2020 en el blog Life Is A Mix-Tape, he decidido rescatarla para rendirle homenaje al artista al que tuve la oportunidad de entrevistar, Alexandre Lacaze.

 

Sabía que Alexandre estaba enfermo. Un día le perdí la pista. Hace un par de semanas, revisando contenido para el blog, me enteré de que había fallecido en 2019. Me costó creérmelo.

 

Solo he cambiado el título. No he querido apenas modificar el texto porque cuando lo publiqué a él le gustó así. Y así debe permanecer.

 

“Cuando nos enamoramos somos como marineros ahogados en el fondo del mar esperando a ser rescatados.”

 

 

Alexandre Lacaze no es un recién llegado. El artista que se escudaba bajo el nombre de L´Avalanche, lleva casi una década explorando paraísos emocionales desgarradores con su chanson rock. Tras la marcha de su cofundador, Enrique del Río, Lacaze ha conseguido mantener el barco a flote. Presenta en vivo su primer álbum, Les Fantômes Des Marins y ya tiene fecha para el segundo: Les Recifs De L´espoir verá la luz en noviembre.

 

Es la hora del café. Aún quedan unas horas para el concierto. Espera paciente sentado en la barra del bar. Acaba de terminar la prueba de sonido: “suena bastante bien”, asegura. Previamente, había confesado cuánto le preocupaba que el público le pudiese oír. Eso, y que “venga mucha gente”. Todavía no sabe que habrá una avalancha de personas formada, en su mayoría, por más de una decena de adolescentes. Son los mismos a los que da clases de Historia del Arte en el instituto Santa Eulalia en Mérida (Badajoz). Al final, acabará siendo todo un éxito, al igual que también lo fue en su día el tema de Leonard Cohen, “Avalanche”, al que Alexandre debe el nombre del que una vez fue su grupo. Para él, las avalanchas son otra historia.

 

PREGUNTA. ¿Qué significa realmente una avalancha para Alexandre Lacaze?

RESPUESTA. Toda la historia de L´Avalanche está muy ligada a la literatura, a los estados anímicos y a la naturaleza. Es una metáfora sobre estados de ánimo como la tristeza, la ira, la rabia… Y la música tiene algo que ver con todo eso.

 

P. Y, ¿qué pinta en esta historia una librería?

R. Los primeros ensayos empiezan en la librería de Enrique. Allí pasábamos mucho tiempo ensayando en la sombra, antes de que llegara un proyecto. Nosotros éramos huraños y tímidos. Y de repente, sin darnos cuenta, empezamos a tocar en Madrid, en Francia o en los estudios de Radio 3. El próximo proyecto que tengo para el año que viene es hacer una gira por diversas librerías de España. Se va a llamar “Littérature”, donde L´Avalanche hablará de los autores por los que se ha sentido inspirado. La intención es buscar un tipo de público que no termino de encontrar en determinados ambientes. Estoy en el mundo indie, pero en ciertas ocasiones me encuentro un poco al margen.

 

P. La literatura y la música que haces son casi un tándem indestructible para ti.

R. Desde pequeño, siempre he estado encerrado leyendo. Soy fan de cierta literatura como es la del romanticismo, de aventuras e incluso, la fantástica. Por ejemplo, la  canción de “Freya”, una de mis favoritas, está inspirada en un relato de Joseph Conrad. Otra, “Je Serai Là”, basada en una obra de Arthur Schnitzler, “Morir”. En general, todo es muy poético. Suelo desarrollar mis temas apoyándome en la literatura, y la intención es que la gente lea también las letras. Es una pena que no todos puedan entenderlas. El público en Francia las puede valorar de otra manera.

 

 

P. Siendo malagueño, podrías haber cantado en español. En este mundo impera el inglés. ¿Por qué se te ocurre cantar en francés?

R. Mi madre es francesa, y tengo la doble nacionalidad. Mi amigo y cofundador de L´Avalanche, Enrique, me animó a cantar en francés. Era más especial, otro lirismo. Pero también cuesta más llegar a la gente cantando en francés. No sé por qué, pero existe una especie de barrera. No se le suele preguntar a un grupo por qué canta en inglés, pero a mí me lo preguntan constantemente. En mi caso, es una cuestión personal, familiar y de estética.

 

P. Hace dos años estrenaste tu carrera en solitario. ¿Te viste obligado a redefinirte?

R. No, porque los temas eran los mismos. Lo que sí resultó duro, fue pasar de estar en un grupo a tocar en solitario, porque la presión se multiplica y eres tú el que tiene que enfrentarse a todo. Acompañado, esa presión se diluye. Cuando estás con gente es como una aspiradora de responsabilidad.

 

P. Y ahora, defiendes en directo Les Fantômes Des Marins , que cuenta con seis canciones. ¿Es un álbum, un mini LP o un álbum incompleto?

R. Es un álbum que en Francia tiene tres canciones más. En España quite esos tres temas porque veía que no los podría tocar sin banda. Además, no me definían.

 

P. Porque allí en Francia sí tienes un grupo con el que puedes contar, ¿no?

R. Claro. El próximo disco que voy a publicar, Les Recifs De L´espoir, sí que tiene arreglos de la banda de Marsella. Cuando voy allí tocamos siempre que podemos. Pero es imposible mantener el ritmo bajo esas circunstancias. Así que prefería tocar yo solo a este nivel, y seguir girando en estas posibilidades que hacerlo con un grupo que va a tocar dos veces al año.

 

P. Gozas de cierto reconocimiento en Francia. En España, el éxito parece estar llegando de forma más lenta, ¿no?

R. Es cierto que el idioma marca mucho. Pero no creas, el éxito es relativo. Tampoco yo voy buscando el éxito. No soy ningún artista de masas. Es una música muy minoritaria, y soy consciente de eso. Cuando me surgió la oportunidad de ir a Francia y dejar mi trabajo para vivir de la música, no quise. No me arriesgo a dejar toda mi vida por eso. No soy de esas personas ambiciosas que venderían su alma al diablo.

 

P. Y cuando por fin lo escuchaste, ¿qué pensaste?

R. Ha sido una odisea. Ha tardado mucho tiempo. Parece que se iba a quedar ahí en el aire por la marcha de Enrique. Aunque me siento más identificado con lo que hago ahora, que con lo que en esa época se grabó. Pero es un trabajo que había que defender.

 

P. ¿Podemos hablar de diferentes etapas?

R. En mi trabajo en solitario no se ven las etapas. Es todo homogéneo.

 

P. Pero tu voz parece sonar distinta con respecto a tus trabajos anteriores.

R. La madurez va modulando el tono. Yo me doy cuenta de que voy cogiendo otro cuerpo. Te vas conociendo a ti mismo. Pero, en cuanto a las canciones, no he percibido ningún cambio porque siempre las he tratado yo.

 

P. Y el aire melancólico que todos esos temas padecen. ¿A qué se debe?

R. Esa parte melancólica es vital para mí. Como ya he dicho en otras ocasiones: es lo que hace que tenga talento, pero también me resta en otros aspectos, como si fuese una condena. No puedo desligarme de ella, y tampoco me avergüenzo. Hay cierta tendencia entre la gente a ser alegre y positivo, pero también existe la tristeza… Es parte de mi manera de ser.

 

P. Y el amor, siempre el amor, y la mar.

R. Este disco está inspirado en una canción que habla de una metáfora que imaginé. Explica la sensación de estar enamorado. Porque cuando estamos enamorados somos como esos marineros ahogados en el fondo del mar esperando a ser salvados. La canción de “Les Fantômes Des Marins” habla de eso: “Estoy colgado de todos los acantilados, a punto de caerme al fondo del mar esperando a que me rescaten”.

 

P. En “Alice Derrière Le Miroir”, ella también pide que la salven del amor y de las tinieblas.

R. Normalmente, cuando le dedicas una canción alguien sueles usar “eres, eres, eres”. En “Alice Derrière Le Miroir” o “Alice detrás del espejo” todo es al revés. No es Alice la que recibe los halagos, sino que es ella misma la que canta. Es un juego intelectual. Esta canción estaba pensada para que la cantara una voz femenina, y en el estribillo, los padres de Alice respondieran a coro: “sálvanos del amor, sálvanos de nosotros mismos”.

 

P. Actualmente, vives lejos del mar. ¿Qué sensación tienes?

R. Me ahogo, me ahogo sin el mar. Soy muy marinero. Es lo que más echo de menos viviendo en Extremadura. De hecho, toda la literatura marina me encanta. Mis autores favoritos son Melville, Conrad y Stenvenson. El mar está presente en todas las canciones: historias de marineros, de barcos, de la mar…

 

P. ¿Es casualidad que el diseño de la portada del disco me recuerde al “Principito” de Antoine de Sant- Exupéry?

R. La diseñé yo mismo. En la portada, el personaje aparece cayendo al fondo del mar y en la contraportada está saliendo de él porque se ha salvado. Y dentro, están los marineros, – un hijo mío y otro de Enrique-, en una jaula, que simboliza el desgarro de corazón. Es un homenaje a él, un recuerdo. Además, El Principito es uno de mis libros de cabecera porque cuando mi abuelo trabajaba en el aeropuerto de Toulouse, conoció a Exupéry en un vuelo que iba a Casablanca, y se hicieron amigos. También, en una obra de teatro que hice cuando era un niño, me llamaban el Principito. Así que estaba en todas partes.

 

 

P. Compaginas tu carrera como músico con la de profesor de secundaria. ¿Es más difícil enfrentarse a una clase que a un público en un concierto?

R. Las dos cosas son igual de difíciles. Al fin y al cabo, es enfrentarte con personas y nunca sabes cómo pueden resultar las mezclas. A veces, puede surgir la magia y otras veces, por más que lo intentes, es imposible.

 

P. Pasando a examen este último año de presentación de Les Fantômes Des Marins, ¿qué nota le darías?

R. Vamos a ponerle un 8,5. Todavía está por venir el 10. Ojalá todos los años fueran así.

 

 

 

♦ “Je Serais Là” pertenece al que será el nuevo disco de Alexandre Lacaze, Les Recifs De L´espoir, que será publicado en España por la discográfica sevillana, Green UFOS.

 

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