Bajo el nombre de Cabiria encontramos a la barcelonesa Eva Valero. Tiene 25 años y la habilidad de sintetizar diferentes influencias de la extensa enciclopedia pop y dibujar paisajes tragicómicos con personajes de la cultura pop. Su música podrían haberla escuchado sus padres en una discoteca cualquiera de Barcelona. Y los sonidos que manan de su caja de ritmos son más que social y estéticamente aceptables en la actualidad.
La artista pertenece a la generación Z, a la del meme, a la de Tik Tok, la misma que intenta hacerse un hueco entre una recesión económica perpetua y una pandemia mundial que no tiene fecha límite. Una generación en exceso infravalorada.
Eva se encierra en su dormitorio y empiezan a fluir las ideas: sonidos de la Italia disco, «pop para soñar», el city por japonés o el lo-fi, por citar solo algunos de los géneros a los que recurre del amplio espectro del pop.
Una voz aterciopelada y unas letras cargadas de ironía, ingeniosos chistes y juegos de palabras en los que los protagonistas son personajes de la cultura pop. Por ejemplo, su debut se titulaba C’est Lindy On (2017) que, aunque suene chic, no se refiere a otra que a la propia Celine Dion. Lo importante no es el discurso en sí, sino todo lo que se puede hacer con el lenguaje y su expresión.
El álbum venía del EP Cabiria, que subió a Bandcamp a finales de 2016. Fue editado en casete y CD por Discos Walden y Fikasound. De inmediato saltó a las portadas de los diarios de música independiente de nuestro país, los cuales le auguraban una prometedora carrera. No se equivocaban. Sin embargo, el gran momento de esta artista aún no ha llegado.
El pasado año, a pesar de la pandemia, nos deleitó con varios sencillos. Propuestas que ha ido perfeccionando y que la han llevado a experimentar con sintetizadores y cajas de ritmos. En “Fantasma” (2019) habla sobre la nada apasionante vida de un espectro. El tema se estrenó en el cabaret de ”Toni Rovira y tú”.
En 2020 vuelve a la carga, primero, con el “Desencanto” (2020) en el que vuelve a usar el saxofón para darle un toque seductor. A pesar de la suavidad del tema, siempre deja implícito una invitación a la pista de baile.
Le siguen “Si pudieran hablar”, sencillo bajo el sello El Volcán, que ha fichado a artistas de la talla de Joe Crepúsculo, Aaron Rux o Adán Jodorowsky.
Y el “DISCO-CAFÉ” junto al cantante y compositor, Josep Xortó, nos devuelve a las pistas de baile de los 80. Es un lugar donde siempre hay magia, se te acelera el corazón y tus pasos de baile son infinitos.
No Comments